domingo, 15 de diciembre de 2024

Semblanza de un maestro

 

Dr. Augusto Raúl Cortazar

Semblanza de un Maestro

                                                                                                     Juan Seren (*)


     Es posible señalar al Dr. Augusto Raúl Cortazar como a un hombre humanista que se ha fusionado entre su obra, sus trabajos de campo, su método integral, sus carreras como abogado, bibliotecario, profesor en letras y Dr. en Filosofía y Letras;  su rol como Director del Departamento de Antropología en  la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA  y del Centro de Estudios Folklóricos en la Facultad de Letras de la UCA, su trabajo como docente en la materia Folklore y su función como Director del Fondo Nacional de las Artes entre otras actividades.

     Para comenzar a relacionar su polimatía, es válido resaltar aquí   la palabra fusión, partiendo de la acepción referida a la unión de intereses, ideas o partido.  Palabra que se ha impuesto a la hora de pensar en el protagonista de esta semblanza y que jamás hubiera surgido sin previamente dar con una pregunta: ¿Que unió -en vida- y une -en obra – a Cortazar consigo mismo?

     En el deseo de alcanzar respuesta, no resulta efectivo pensar que la unión de sus intereses, de sus ideas, se reduce tan sólo a dichos diplomas, cargos y trabajos realizados. Sin embargo, es en el trasfondo de esas actividades y conocimientos en donde se puede observar a Cortazar  como a un hombre inmiscuido por diversas experiencias y salpicado de una multiplicidad de búsquedas que hoy resultan entrelazadas y concretadas sobre su propio periplo: dejando una profunda huella  en sus ex -alumnos, a quienes les ha entregado sus 40 años de amor  por el folklore como folklore  y como folklore ciencia, sembrando empatía y  cosechando amistades en sus trabajos de campo y en sus funciones institucionales, sabiendo entretejer al gesto cientificista con el literario,  atravesando complejos caminos para dar con las  costumbres y tradiciones de pueblos marginados, impulsando a artesanos para que no pierdan su oficio y  continúen trasmitiéndoselo a próximos aprendices, recuperando el patrimonio antropológico en vías de desaparición, amando a su mujer y a sus dos hijas.

      De seguro, esta lista continúa, pero sin embargo la respuesta a la pregunta ya está al alcance de cualquiera. Lo que unió -en vida- y une - en obra- a Cortazar consigo mismo, es la unión que él proponía y propinaba entre otros; la que lo sigue trayendo sobre los rastros de la humanidad para unirlo también con nosotros.

 

(*) Estudiante de Primer Año, Carrera de Musicología, Conservatorio A. Ginastera, Morón (Bs.As.). Este texto forma parte de un trabajo para la Cátedra de Introducción a la Antropología. (2024)